Datos Económicos de Brasil
A pesar de que Brasil posee, por su tamaño, una de las economías más
grandes de Iberoamérica, con México, Chile y Argentina, su renta per cápita es
de unos 5.100 dólares estadounidenses, lo que le coloca entre los países
pobres. Hay una gran descompensación entre la potencia económica y la
distribución de la riqueza entre la población.
Brasil tiene una economía demasiado dependiente de las exportaciones.
Los mayores socios de Brasil son el Mercosur, Unión Europea, Estados Unidos y
China.
La agricultura brasileña es esencial para la economía global y para la
población en general. Aporta, tan sólo, el 5% del PIB, pero da trabajo al 20%
de la población. Genera actividades industriales complementarías
(agroindustria) que alcanza más del 35% del PIB. El modelo de explotación
típico es el de plantación. Las primeras plantaciones de la historia se
instalaron aquí. Es, pues, una agricultura orientada a la exportación, a pesar
de que el consumo interior ha ido aumentando poco a poco. Sus principales
productos son: café, zumo de naranja, granos, salvado y aceite de soja, azúcar,
tabaco y cigarrillos, papel y celulosa, carnes bovinas y porcinas y aves.
Brasil dispone de gran cantidad de bosques con maderas de gran calidad;
sin embargo, es muy difícil su explotación, ya que, debido a las peculiaridades
de los bosques tropicales y ecuatoriales, existen muy pocos ejemplares por
hectárea, lo que obliga a arrasar grandes extensiones de selva para que las
explotaciones sean rentables. Esto ha provocado, en buena medida la
deforestación de la Amazonia, y por lo tanto la escasez del recurso. Sobresalen
las producciones de açaí, castanha de cajú, castanha-do-pará, hierba mate,
mangaba, palmito, piñón y umbú.
La ganadería es de gran importancia. Se localiza en la región
Centro-Oeste. La mayoría de las cabezas son de bovino. La cabaña porcina es la
segunda en importancia y se concentra fundamentalmente en la región Sur. La
cabaña de ovino figura como la tercera más numerosa, distribuida por las
regiones Nordeste y Sur. La avicultura se encuentra en granjas intensivas
situadas en la región Sur.
Brasil es un país rico en recursos minerales, aunque una gran parte de esas
reservas no se encuentren en explotación. Existen bolsas de petróleo que no
alcanzan para las necesidades del país. Se extrae oro, manganeso, níquel,
hierro, cromo y cobalto, localizados principalmente en la región Sudeste. La
mayor parte de los recursos petrolíferos están localizados en la plataforma
continental. El yacimiento con mayor producción es el de Campos, en Río de
Janeiro. Otros minerales que se encuentran en Brasil son: amianto, bario,
cobalto, esmeraldas, fosfatos, topacios, titanio, vanadio y volframio.
El sector servicios es el que más aporta al PIB (64%), y ocupa al 66% de
la fuerza de trabajo. Salvo el sector turístico y el financiero se trata de
servicios de baja calidad. Las vías de comunicación son pocas y deficitarias.
Las mejores se concentran en la costa centro-sur, la zona más poblada, pero
están congestionadas. En el resto del país la navegación fluvial y aérea se
convierte en decisiva. Esta última está teniendo un auge muy llamativo en los
últimos tiempos, hasta el punto de que también está mostrando signos de
congestión.
Brasil es el país que más turistas recibe en América del Sur. Predominan
los turistas internacionales de Europa y Estados Unidos que buscan, por un lado
sol y playa, y por oro el conocimiento del Amazonas.
Brasil es la primera economía latinoamericana y séptima del mundo,
aunque según The Economist Intelligence Unit, en este año podría ser superado
por India. En 2014 con un
crecimiento del PIB del 0,1%, registró su cuarto año consecutivo de
desaceleración y 2015 será el quinto con una contracción del -1,5% lo que
significa el peor resultado desde 1990 (FMI, WEO, julio 2015).
Los últimos datos que corresponden al mes de mayo, indican que la
desocupación avanzó hasta el 6,7% alcanzando su mayor nivel desde el año 2010.
La tasa de desempleo encadena cinco subidas consecutivas desde que cambió su
tendencia al inicio de 2015. Según el Instituto Brasileño de Geografía y
Estadística (IBGE), Brasil había cerrado el 2014 con una desocupación del 4,8%,
su valor mínimo desde que comenzó a utilizarse una nueva serie en el 2002. La
población desempleada sumaba 1,6 millones de personas, 454.000 trabajadores más
que en 2014.
Brasil es la primera economía latinoamericana y séptima del mundo,
aunque según The Economist Intelligence Unit, en este año podría ser superado
por India. La economía brasileña constituye el foco de atención regional por
estar atravesando la peor recesión en más de dos décadas. En 2014 con un
crecimiento del PIB del 0,1%, registró su cuarto año consecutivo de
desaceleración y 2015 será el quinto con una contracción del -1,5% lo que significa
el peor resultado desde 1990 (FMI, WEO, julio 2015).
Los últimos datos que corresponden al mes de mayo, indican que la
desocupación avanzó hasta el 6,7% alcanzando su mayor nivel desde el año 2010.
La tasa de desempleo encadena cinco subidas consecutivas desde que cambió su
tendencia al inicio de 2015. Según el Instituto Brasileño de Geografía y
Estadística (IBGE), Brasil había cerrado el 2014 con una desocupación del 4,8%,
su valor mínimo desde que comenzó a utilizarse una nueva serie en el 2002. La población
desempleada sumaba 1,6 millones de personas, 454.000 trabajadores más que en
2014.
La presidenta, Dilma Rousseff, ha
calificado la situación de “extremadamente dura”. Para vencerla, la respuesta
es el ajuste fiscal y la expansión de las exportaciones para compensar la caída
del mercado interno. Entre las medidas adoptadas, el Gobierno aprobó un ajuste
presupuestario de 69.900 millones de reales (22.300 millones de dólares) con el
fin de sanear y fortalecer las finanzas públicas. Por su parte, el Banco
Central de Brasil (BCB), elevó por sexta vez consecutiva la tasa de interés en
medio punto, del 13,25 al 13,75%, con el propósito de combatir la inflación
situada en el 9% interanual (la mayor desde 2003) que representa el doble de la
meta oficial fijada en el 4,5%, superando ampliamente el nivel máximo de
tolerancia situado en el 6,5%. También ha diseñado un programa de estímulos
monetarios, inyectando un total de 60.000 millones de dólares hasta final de
año. El recorte presupuestario y el paquete de iniciativas para moderar el
gasto fiscal y controlar la inflación, deberían frenar los peligrosos frentes
macroeconómicos abiertos. Uno de ellos, lo constituye la rápida depreciación
del real situado en los niveles más bajos desde 2008, cuando estalló la crisis
financiera mundial.
.
Aunque este proceso de ajuste y potenciación de la economía, resulta
necesario para la consolidación de los fundamentos macroeconómicos que
favorecen la meta fijada del crecimiento en 2016, que el FMI lo sitúa en el
0,7% (WEO, julio 2015), sin embargo, las previsiones se pueden desviar, dado
que no se encuentran al margen de los efectos provenientes de sucesos que han
impactado negativamente el dinamismo de la economía brasileña, debido a los
casos de corrupción como es el de la petrolera estatal Petrobras.
Pero el ajuste ya está dando resultados, una primera nota positiva lo
ofrece el superávit comercial de 2.761 millones de dólares obtenido en el mes
de mayo, debido a la caída de las importaciones que lo hicieron un 26,5%
interanual, mientras que las exportaciones retrocedieron el 15,2%. Este
retroceso exportador, se debe a la continuada bajada de los precios de las materias
primas como el mineral de hierro.
La apuesta para la recuperación en 2016, pasa por el consumo privado,
las exportaciones y luego por la inversión, para lo cual se aprobó un
gigantesco plan de infraestructuras, que alcanza los 64.000 millones de dólares
No hay comentarios:
Publicar un comentario